Para referirse a Enrique Ayala Mora, el escritor ecuatoriano Marco Antonio Rodríguez señala: âorador de fuste, utopista empedernido, ejecutor de sueños imposibles, político que honra esa práctica, comprometido con las causas más nobles de nuestra patria, pertenece a esa estirpe en extinción de ecuatorianos de veras ilustres que han engrandecido al país con su vida y su obraâ. Ayala Mora, uno de los intelectuales más destacados del país, fue objeto de un homenaje nacional al que se sumaron  cerca de 2000 personas, entre ellas:  obispos y religiosos, intelectuales, políticos de todas las tendencias, representantes de movimientos sociales, dirigentes sindicales. Además se adhirieron  6 ex Jefes de Estado. Enrique Ayala Mora ha dedicado su vida al desarrollo de la investigación científica y a la educación superior y una muestra de ello es la Universidad Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador a la que le dedicó varios años de su vida como su rector y fundador, centro académico que se ha posicionado como una de las instituciones de educación superior más importantes de la región. Como historiador e intelectual, Ayala Mora ha contribuido al desarrollo de la conciencia sobre la identidad nacional y a la integración latinoamericana. Su obra más destacada son los 15 volúmenes de la Nueva Historia del Ecuador, de la que fue su editor; no obstante su amplísima producción bibliográfica lo ha convertido en un referente intelectual para varias generaciones de ecuatorianos. Ha colaborado con organizaciones de trabajadores, de campesinos y de indígenas. Como militante socialista ha sido dirigente estudiantil y partidario. Fue electo diputado por la provincia de Imbabura y por la provincia de Pichincha. Se desempeñó como vicepresidente del Congreso Nacional; candidato a la Vicepresidencia de la República; miembro de la Asamblea Nacional Constituyente de 1998; Vicepresidente de la Unión Interparlamentaria Mundial, y miembro de la Junta Consultiva de Relaciones Exteriores. Este homenaje nacional a Enrique Ayala Mora, que se realizó el jueves 18 de febrero, a la 18h00, en el Centro de Convenciones Eugenio Espejo, es un justo reconocimiento a su incansable labor como educador, historiador y militante.  ¿POR QUE DE LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE?  El pasado 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, el Dr. Enrique Ayala Mora, dictó una conferencia magistral en el aula maga de la Facultad de Química, (Universidad de Cuenca), que versó sobre el tema ¿Por qué de la Asamblea Constituyente?, que contó con la asistencia de estudiantes, docentes y personalidades del mundo político azuayo. El expositor hizo énfasis en la importancia del evento, que se realizó en la Universidad de Cuenca, que a su criterio es una de las más antiguas y prestigiosas del Alma Mater en el ámbito nacional. En el transcurso de su intervención comentó sobre su reciente obra: ¿Por qué la Asamblea Constituyente?, para derrotar al autoritarismo del correismo mediante un gran acuerdo nacional. En un lenguaje sencillo y con rigurosidad, Enrique Ayala Mora, nos pone frente a la realidad por la que transita el Ecuador de estos últimos años y la necesidad de una nueva constituyente, âque si bien es cierto, no va a cambiar la situación actual que vive el pueblo ecuatoriano, porque para transformar el país hay que cambiar las estructuras y también a la genteâ, señaló durante su disertación. Enrique Ayala, al esbozar algunos de los principales contenidos de la constitución de Montecristi  en el año 2008, visualizó sus notorias contradicciones y su estructura profundamente antidemocrática. âPero al mismo se ha implantado desde el poder un sistema político autoritario, excluyente, arbitrario que destruye la organización socialâ, aseveró. Agregó que para ello, el gobierno de la âRevolución Ciudadanaâ, ha usado no una sino varias disposiciones de la Constitución, que limitan radicalmente la participación y funcionamiento democrático de las instituciones.   El doctor Ayala lamentó que a menos de diez años de su vigencia, la Constitución de Montecristi, que tantas expectativas provocó, ha aprobado ser, por decir lo menos, del todo inadecuada. âLos amplios derechos y garantías que consagra son negados o deformados por su propio texto, a tal punto que es usada como instrumento del autoritarismo y la arbitrariedadâ. Una Nueva Constituyente
En la campaña electoral del 2006, Rafael Correa asumió la propuesta de la Constituyente. Con su triunfo la Asamblea se transformó en un mandato y venciendo la resistencia de los partidos de estado que tenían la mayoría en el Congreso, el Gobierno convocó a una consulta popular en el que el electorado se pronunció masivamente por la Constituyente. Enrique Ayala recuerda que la Asamblea Constituyente se reunió en el 2007-2008, en Montecristi como homenaje a Eloy Alfaro y signó de su compromiso por un cambio radical. âPero más allá de demostraciones masivas y desorganizadas, de partidarios del gobierno, mas bien evitó la posibilidad de que hubieran discrepancias muy a pesar de la movilización de la gente afín al régimen, pero escaso debate, el texto constitucional recogió las posturas gubernamentalesâ. Al final el presidente de la Asamblea, economista Alberto Acosta intentó establecer una nueva prórroga, argumentando que hacía falta más discusión. El presidente Correa estuvo en contra y no se prorrogó. El presidente de la Asamblea, optó por retirarse de la dirección de la Asamblea. Para Enrique Ayala, la Constitución de Montecristi contiene importantes avances y disposiciones de corte progresista que hay que destacar. Robusteció el papel del Estado sobre todo en la economía y, en general, amplió el ámbito de lo público, rescatando la planificación. La constitución extendió las garantías y derechos ciudadanos ya consagrados en 1978 creando instituciones de protección. Mantuvo las diversidades y los derechos colectivos indígenas y afro ecuatorianos Un eje de la constitución es la búsqueda del âBuen Vivirâ, o sumak kawsay, opuesto al âvivir mejorâ, de los países capitalistas avanzados. Pero, tal como fue hecha la Constitución,  terminó siendo un texto enorme, farragoso y contradictorio; con artículos decorativos, definiciones inapropiadas, errores y ambigüedadesâ. Ejecutivo concentra poder real
Desde el punto de vista de los movimientos sociales y sectores de izquierda, se perdió la oportunidad de contar con una Constitución clara, corta, concisa que pudiera ser base de un proyecto progresista. El militante socialista revolucionario, admitió que una de las características más negativas de la Constitución, es que establece un presidencialismo exacerbado. Concentra todo el poder real en el ejecutivo, que es el verdadero legislador, el real nominador de las funciones de âparticipación ciudadanaâ  y electoral y el supervisor de la función judicial. âEsta concentración del poder en nombre de la âgobernabilidadâ, había sido la tesis de la derecha autoritaria, resistida por la izquierda y los sectores progresistas y democráticos. Lo paradójico es que la derecha no pudo, lo hicieron los correistas en nombre de la ârevoluciónâ. El Consejo de Participación Ciudadana y Control Social,  no representa a nadie y ha hecho nominaciones que  en la práctica, son un mecanismo para eliminar la representación política y designar para las más altas funciones a personas adictas al gobierno.. También se ha eliminado los procedimientos del debate legislativo  con el âvoto en bloqueâ ya usado en la Constituyente, que atropella una tradición democrática que hasta la derecha ha respetado. Y lo que es más grave, aplicando principios constitucionales, se ha negado la autonomía de la organización popular y se ha arremetido contra ella. El âpresidencialismoâ de la Constitución, es un claro retroceso que a estas alturas ya nadie puede justificar, aseveró el doctor Enrique Ayala. Necesario, un cambio radical de la Constitución
Si de entrada planteamos una nueva Asamblea Constituyente, las reacciones de la gente serán por lo general negativas. Unos responderán que no hace falta, que en el pasado hemos tenido dos constituyentes por falta de una. Otros dirán que ya tenemos una  Constitución vigente famosa por ser la más completa del mundo. No faltará quien manifieste que debemos evitar el gasto de la asamblea y las complicaciones de la reunión. Y quizás alguien también recordará que las leyes y constituciones no cambian la realidad y que para cambiar el país, hay que cambiar las estructuras y también la gente, se pregunta el Dr. Ayala en la introducción de su libro ¿Por qué Asamblea Constituyente?. La realización de una nueva constituyente, de por sí, no solucionará los problemas nacionales. Pero la realidad nos ha demostrado que nuestro país necesita una transformación profunda del sistema jurídico-político. Y para ello un cambio radical de la Constitución es indispensable. Se impone una actitud que vaya más allá de las reacciones frente a las coyunturas o los intereses de grupo y nos lleve a un acuerdo nacional serio y duradero que garantice la vigencia de derechos y garantías en el marco   de un sistema democrático perdurable, concluyo.
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