Cuadernos negros. Martín Heidegger. 1931 – 1938 (Editorial Trotta, S. A. Edición de Peter Trawny, Traducción de Alberto Ciria. 2015, Madrid, 442 pp.).
“Cuadernos negros”, del célebremente controvertido filósofo alemán Martín Heidegger, corresponde a Reflexiones II – VI, redactadas entre 1931 y 1938. Cabe destacar previamente, que la obra de M. Heidegger abarca unos cien volúmenes que tratan diversos temas de filosofía, entre ellos “El ser y el Tiempo”, sin duda su estudio más famoso, “Acerca del evento”, “Caminos de bosque”, “La fenomenología del espíritu de Hegel”, “Hitos”, “Nietzsche”, “Lógica, la pregunta por la verdad”, “Hitos”, “Ontología hermenéutica de la facticidad”, “Nociones fundamentales de metafísica”, “Heráclito” (Estas dos últimas, citadas de la versión rusa), etc., etc.
En el epílogo el editor de “Cuadernos negros”, Peter Trawny señala que a más tardar en el verano de 1936 M. Heidegger experimenta “…un distanciamiento respecto del nacionalsocialismo…”, algo bastante difícil de aceptar, por cuanto Heidegger no solamente que, en su condición de miembro militante del partido, continuó aportando con sus cuotas al nacionalsocialismo, hasta el colapso definitivo del gobierno de Adolf Hitler, en 1945, sino que jamás se arrepintió de haber pertenecido a ese régimen genocida. El relato de su discípulo, Hans Jonás (Cf. H. Jonás. “Memorias”, Ed. Losada, 2004), cuando el maestro y benefactor de M. Heidegger, Edmund Husserl (1859-1938) se encontraba en el lecho del dolor, agonizando, desmienten aquellos ardides a los que recurrió M. Heidegger, a fin de no visitar al moribundo, sin duda por su origen judío. Según el relato de Jonás, le dice su esposa a M. Heidegger lo siguiente: ‘Martín, tienes que ir a ver al anciano, está enfermo y morirá’. “Y Heidegger, Martín, se refugió en la enfermedad. Se puso enfermo, con fiebre y se quedó en cama hasta que Husserl había muerto y el entierro ya había tenido lugar…”.
Por lo expuesto, no hubo tal distanciamiento con relación al nazismo, de M. Heidegger en ese año 1936. Y en el mismo libro “Cuadernos negros”, dice algo que, en lugar de demostrar su alejamiento del nacionalsocialismo, revela que seguía atrapado en la telaraña de esa ideología: “Si el rector es nacionalsocialista o no, eso es una diferencia relativa, no absoluta…” (Cuadernos Negros. Reflexiones y señas III, p. 109). Diremos, para terminar: M. Heidegger fue partidario del nazismo hasta el fin del régimen hitleriano, y nunca se arrepintió de haber militado en ese régimen totalitario; además, relativiza –o intenta relativizar- un asunto medular, como es la membresía y sobre todo la participación en calidad de rector de la Universidad de Friburgo, en el gobierno totalitario y genocida de A. Hitler. Por eso es importante conocer “Cuadernos negros”.
ТÐÐ¥ÐÐ ÐÐÐ. ÐиÑ
аил ШолоÑ
ов. ÐоÑква, ÐСТ, 1404 СÑ. 2014 (El Don Apacible. Mijaíl Shólojov. Ed. 2014, Moscú, 1404pp.).
Mijaíl Shólojov está considerado uno de los más grandes escritores del siglo XX, autor de obras excepcionales, como “Ellos se sacrificaron por la patria”, “Destino del hombre”. Sin embargo, “El Don Apacible” está considerado por la crítica tanto al interior de su patria como a nivel internacional, una especie de epopeya verdaderamente extraordinaria, que nos conmociona y que determinó que le sea concedido el Premio Nobel de Literatura en 1965.
En la gran novela, se desenvuelve, en toda su intensidad, un drama conmovedor del pueblo cosaco durante la Primera guerra mundial, y posteriormente durante la guerra civil. Fueron tiempos de incontenibles pasiones en los que se enfrentaron en una lucha a muerte los hermanos, los hijos y los padres, según propias palabras de M. Shólojov.
Por la profunda intelección sobre el gran viraje que experimentó el pueblo, la estupenda capacidad para describir el carácter y costumbres del legendario pueblo cosaco, El Don Apacible se equipara a esa otra grandiosa novela “La guerra y la paz”, de León Tolstoi, o “Crimen y Castigo” y “El Idiota”, de aquel maestro de la literatura psicológica, Fiódor Dostoievski. Una cosaco, de la región del legendario río Don, manifestaba con una admirable caracterización sobre la famosa novela de Mijaíl Shólojov, lo siguiente: “Entre los cosacos del Don, hay dos libros: la Biblia y El Don Apacible”.
Por lo brevemente expuesto, no pasará de moda “El Don Apacible”, como no ha pasado ni pasará, “Cien años de soledad”, de G. García Márquez, ni el famoso “Don Quijote de la Mancha”, ni tantas otras geniales creaciones de la literatura universal.
|