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Resultó una experiencia muy agradable visitar el Archivo Histórico de la Casa Museo “Remigio Crespo Toral” de Cuenca. Sin duda, se trata de uno de los tesoros más importantes que tiene la ciudad patrimonial. Un deleite para los investigadores que hurgan pacientemente en cada rincón (entiéndase libro) en busca del dato preciso.
Este Archivo Histórico se halla en parte alta de la Casa Museo (calle Larga). No es un lugar frecuentado por el público en general, sí a sus salas de exposiciones, muy bien distribuidas en cada uno de los pisos del inmueble patrimonial, gracias a un trabajo tesonero, paciente, y, hasta incomprendido, del poco personal municipal, bajo la dirección del licenciado René Cardoso Segarra.
El cuidado del Archivo Histórico está a cargo de la funcionaria Ruth Gaon. Ella nos facilitó datos sumamente relevantes. Sabían ustedes, apreciados lectores, que éste guarda celosamente (en caja fuerte) los primeros libros de Cabildo de Cuenca.
Los primeros seis libros son del siglo XVI, los siguientes 5 libros del siglo XVII, luego vienen 8 libros del siglo XVIII, 22 del siglo XIX y 11 del siglo XX.
Explica que la mayoría de los libros mencionados, salvo el tercero que está perdido desde hace mucho tiempo, tienen versiones paleográficas manuscritas de los investigadores Manuel Torres Aguilar y Juan Chacón.
El primer libro de actas fue restaurado por la experta Nelly Peralta, tiene un empastado en cuero repujado, elaborado por el español Manuel Mora Iñigo (que realizó trabajos artísticos en la Catedral Nueva).
El Museo posee un archivo fotográfico bien organizado, que se le conoce con el nombre de El Libro de Oro, conservado, de enorme valor patrimonial. Se trata de una recopilación de más de cien fotos de Cuenca de 1920, cuando se celebró el primer centenario de la independencia.
Además, el Archivo Histórico, guarda una de las colecciones fotográficas digitales e impresas más representativas de la ciudad y del país, de personajes de la época, paisajes, arquitectura.
Libros de la municipalidad que contienen oficios (años 1862-1980); libros de contabilidad del primer banco de Cuenca (banco del Azuay). Documentos como ordenanzas, acuerdos ministeriales, escrituras y planos históricos de la traza urbana. Hay un total de 2.873 libros y documentos de la ciudad “Atenas del Ecuador”.
Los diplomas y acuerdos que conserva el Archivo Histórico, tienen que ver con reconocimientos entregados a Remigio Crespo Toral, Honorato Vásquez, Rafael María Arízaga, Luis Cordero, Rafael Carpio Abad, Ricardo Muñoz Campos, Julio Segovia, entre otros. Casi todos los diplomas y acuerdos tienen firmas autógrafas.
En el Archivo Histórico hay libros relacionados con problemas territoriales del país, particularmente con el Perú. Existen folletos de autoría de Remigio Crespo Toral. La mayor parte de libros están empastados con pergamino y con buenas impresiones.
El Libro Primero de Cabildos (1557-1563), fue descifrado por Jorge A. Garces G (Correspondiente de la Academia Nacional de Historia. Del Cenyro de Historia de Nariño). El prólogo es de J. Roberto Paez. Miembro de Número de la Academia Nacional de Historia. Correspondiente de la Sociedad de Geografía e Historia de Guatemala.
El texto preliminar del Primer Libro de Cabildos, consta un texto preliminar escrito el 22 de julio de 1938, por Remigio Crespo Toral.
Anota Crespo que: “Este primer Libro de Cabildos de Cuenca, dón gracioso de Quito, obliga no sólo la gratitud del Azuay, sino al Municipio de Cuenca, que debe continuar la publicación de los demás libros existentes, salavdos de sucesos imprevistos, de mutilaciones, sustracciones y traslación a otros archivos, como acaeció con los documentos de actuaciñon de la Audiencia española, cuando funcionó en Cuenca”.
“Al señor Víctor Manuel Albornoz, inteligente cronista de la Municipalidad de Cuenca, cumple la faena de reconstruir el archivo edilicio. La Corporación está obligada a continuar hasta su término la publicación de los libros antiguos de Cabildo, aprovechando los valiosos conocimientos del distinguido paleógrafo Sr. Jorge A. Garcés G.”.
En otra parte del documento de este “tesoro” invaluable, Crespo Toral, al referirse a la Fundación de Cuenca, escribe: “En realidad, Cuenca como ciudad antigua y hasta imperial, ya estuvo fundada, igualmente que el Cuzco subsistía antes que los españoles llegaran a las Indias. El Marqués no hizo sino cambiarle de nombre, por motivos personales, trocándole el primitivo, por otro de Castilla. Tomebamba, en su calidad de urbe, debió perdurar con su nombre, aunque destruída e incendiada por Atahuallpa, todavía con restos de esplendidez, tal como la encontró y la describió Cieza de León, uno de los más verídicos cronistas de Indias”.
Con este breve reportaje sobre el Archivo Histórico, la Revista El Observador rinde homenaje de respeto y admiración a su Ciudad de Cuenca, en sus 463 años de Fundación. En igual mes de abril, pero hace 22 años, nació en la ciudad Patrimonial, este medio de comunicación para dedicarse a tiempo completo a servir a sus habitantes, informando, comunicando, educando, y denunciando los actos de corrupción que son protagonizados por servidores públicos (con honrosas excepciones) que han hecho de las suyas con los sagrados dineros del pueblo ecuatoriano. Sabido es que cuando la patria enfrenta tragedias naturales como terremotos, o emergencias sanitarias, como la que la humanidad está viviendo, misma que ha cobrado miles de vidas en el planeta, existan seres despreciables que se aprovechan del dolor para armar contratos millonarios con sobreprecios, tal como denunció la prensa, en el caso de los insumos y medicamentos que pretendieron adquirir unos “angelitos, con fondos del IESS, para alzarse con el santo y la limosna en tiempos de coronavirus.
El Observador, desde su trinchera, seguirá con su sagrada misión, cueste lo que cueste y duela a quien duela.
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